Limpiar el cuerpo de los excesos en comida y alcohol de las Navidades, requiere más que dejar de ingerirlos. La buena noticia es que hay diversas maneras de hacerlo.
El cuerpo tiene sus propios mecanismos de limpieza, sobre todo a través de órganos como el hígado, los riñones, los intestinos y la piel. Pero los alimentos que se consumen así como los estilos de vida pueden complementar o dificultar el trabajo del cuerpo.
Existen tratamientos o métodos diseñados para facilitar el proceso. Sin embargo, es importante recordar que no hay soluciones mágicas. Tener determinación y contar con asesoría experta son la clave del éxito. Ésta última es vital pues de faltar se podrían exacerbar problemas de salud.
Todo proceso debe ser individualizado, y aunque hay una base común (en las dietas de desintoxicación), que es una mejor nutrición y eliminar productos alimentarios que hagan daño, debe consultar con su profesional de servicio médico. A continuación algunas estrategias que debe consultar con su médico.
1) Dieta alcalina
Se recomienda comenzar por llevar una dieta en la que el 70% de lo que se consuma sean productos alcalinos (comidas verdes como el brécol y las espinacas), además de consumir más fibra y más agua. De otra parte, se aconseja reducir alimentos ácidos como frituras, comida chatarra, tabaco, alcohol, café, refrescos, carnes rojas y harinas refinadas.
Considere integrar tratamientos homeopáticos y remedios naturales herbarios varias veces al año, incluyendo limpieza del cólon. Si se cuenta con una buena hidratación, un sauna también ayuda a eliminar toxinas del cuerpo.
2) Crudismo
Coincide en la importancia de dejar la comida ácida y empezar a incorporar alcalinas como viandas y vegetales crudos o al vapor (pierden menos nutrientes que hervidas), ensaladas, nueces, granos completos y sobre todo germinados, lo mismo en ensaladas que en batidas. En el caso de los lácteos, se les puede sustituir por leches de almendra. Esto un 'predetox', pues prepara el cuerpo para que cuando se entre en el 'detox' con hierbas - remedios homeopáticos y/o herbarios que se toman tres veces al día agregándose a bebidas- no se sufran los síntomas de la limpieza.
Tras la primera semana de 'detox' el cuerpo elimina de forma natural e indolora una placa mucosa que se crea con el tiempo a través del canal alimenticio (desde el esófago) e interfiere con la absorción de nutrientes.
3) Nutrición ortomolecular
Integra conceptos similares pero enfatiza la suplementación de vitaminas y minerales -particularmente zinc y magnesio- así como la desintoxicación a nivel celular con terapia de quelación, y la reducción del consumo de sal.
La nutrición ortomolecular trata de curar enfermedades usando una dieta terapéutica y los suplementos. La limpieza consta de un ayuno durante seis días -tomando sólo líquidos y suplementos- para limpiar el intestino y provocar la expulsión de la placa mucosa.
También se pueden hacer pequeños ayunos una vez en semana, excepto personas con diabetes.
4) Sirope de savia
Otro método es el tratamiento a base de sirope de savia, resultante de la mezcla de savia de arce y savia de palma. A éste se le atribuye aumentar las defensas del cuerpo, liberar la grasa excesiva, generar nuevos anticuerpos y ser complemento sustitutivo adecuado de los alimentos dado que contiene oligolementos, vitaminas, glucosa y otros nutrientes.
La limpieza con este sirope, compuesto de dos cucharadas soperas de zumo de limón fresco, dos de sirope de savia y una pizca de pimienta de cayena en polvo, diluidas en un vaso de agua frío o tibia, puede hacerse con ayuno o con semiayuno. El ayuno dura de siete a 10 días, en los cuales sólo se debe ingerir de ocho a diez vasos grandes del preparado cada dos horas aproximadamente. Después de la cura se recomienda una transición alimentaria de dos a tres días en los que únicamente se ingiera fruta, jugos, caldos vegetales, etc.
El régimen de semiayuno, que puede durar de 10 a 30 días, recomienda sustituir el desayuno y/o cena por dos o tres vasos del preparado. Para que el semiayuno sea más eficaz se recomienda suprimir embutidos, carnes rojas, fritos, pan blanco, harinas refinadas, café, alcohol, bebidas carbónicas, lácteos, etc. Es posible, según se informa, que los tres primeros días del ayuno se experimenten dolores de cabeza y náuseas por el proceso de eliminación de toxinas.
5) Dieta hipocalórica
La dieta hipocalórica (1,500 calorías máximo) consiste en limitar las proteínas e hidratos de carbono a cantidades exiguas y comer más vegetales. No se pueden tomar bebidas con alcohol ni azúcar. Tampoco están permitidas frituras, frutos secos y salsas industriales. Las comidas se aderezan con aceites y especias naturales. Se debe evitar el café o té muy cargados y comer despacio.
Un programa conocido en España, propone realizar un ayuno de 16 a 72 horas (sólo se podrá tomar agua en abundancia o infusiones endulzadas ligeramente con sustitutos de azúcar), tras el cual se inicia una dieta hipocalórica equilibrada de ocho días de duración. Se indica que la falta momentánea de glucosa y nutrientes que proceden del intestino se cubre con el glucógeno del hígado, que aporta glucosa a la sangre. Dado que el glucógeno se consume casi totalmente el organismo recurre a la proteína para la fabricación de la glucosa necesaria para el funcionamiento del cerebro.
6) Operación limpieza
Este régimen, debe seguirse de forma rigurosa durante 11 días, en los que se evitará todo tipo de bebidas alcohólicas, café y té cargados. Sí se pueden tomar infusiones ligeras de todo tipo, endulzadas con sustitutos de azúcar.
En general, los desayunos son a base de batidos de frutas maduras y con piel, frutas enteras, yogur desnatado, leche descremada y cereales integrales. Las meriendas también son con frutas o jugos naturales, yogures y caldos. Mientras, las comidas incluyen caldos, ensaladas aderezadas con limón, sal, pimienta, ajo, perejil y/o jugo de limón, y gradualmente se le añade carnes blancas sin piel y pescado (pasado el tercer día), carne magra, huevos y verduras (a partir del sexto día).
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