Una disminución de 2 por ciento de agua en el cuerpo puede ocasionar la pérdida de la memoria a corto plazo y visión borrosa.
“Sin una gota de agua para beber” es una frase del libro The Rime of the Ancient Mariner, escrito por Samuel Taylor Coleridge. En éste, un marinero se encuentra rodeado de agua salada que no puede beber. Como él, mucha gente se encuentra en medio de la abundancia de agua, pero no puede hacer uso de ésta.
La falta de agua es la primera causa de la fatiga diurna. Se requieren de dos a tres cuartos de agua al día para mantenerse hidratado y beber otros líquidos causa deshidratación. Si una persona toma ocho vasos de agua al día más cinco vasos de jugo, entonces requeriría 13 vasos de agua al día para hidratarse apropiadamente. El agua también regula la temperatura corporal.
La deshidratación puede ocasionar calambres, golpe de calor, fatiga e hiponatremia (sodio bajo). Además, ocasiona hipertensión, dolor de cabeza, alergia, sinusitis, asma, artritis, dolor de espalda y estreñimiento.
Debido a su acción diurética, el consumo de café, té, soda y alcohol puede producir pérdida de agua. La deshidratación está asociada a un mayor riesgo de cáncer de colon, cáncer de la vejiga y cáncer de mama.
El agua es un supresor natural del apetito y ayuda al cuerpo a metabolizar la grasa almacenada. Debido a que el cerebro no distingue entre el hambre y la sed, al consumir más agua cuando tiene hambre, podrá sentir que sacia su hambre con menos cantidad de comida. El agua mantiene la piel humectada y con brillo. Mantiene las glándulas endocrinas funcionando y la eficiencia del sistema circulatorio.
miércoles, 21 de enero de 2009
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