Comer demasiadas hamburguesas y otras comidas rapidas puede producir obesidad y aumento del colesterol. Al igual que los avisos en los cigarrillos, los consumidores deberían estar advertidos de las consecuencias del consumo en exceso de ciertos alimentos.
Los cambios en la dieta han sido vertiginosos en los últimos años y, como señalan expertos en nutrición, la tendencia es a empeorar. Comer mal, además, produce obesidad, diabetes o problemas cardiovasculares. Aumentan las alergias e intolerancias y también otros trastornos de carácter más leve, que reducen la calidad de vida, hasta el punto que, si no se invierte esta tendencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé algo nunca visto: que los nacidos después de 2010 tengan menos esperanza y calidad de vida que los que nacieron antes.
Globalmente, una mala nutrición y la obesidad son un factor de riesgo más grave que el tabaco, ya que su impacto es mayor sobre muchos sistemas.
La pandemia de la obesidad
La obesidad, que ha sido la primera enfermedad no infecciosa de la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara una pandemia, es la consecuencia más visible de una mala alimentación. Pero la necesidad de volver a dietas mas saludables, como la dieta mediterránea, se apoya en otros factores:
El aumento en la prevalencia de alergias e intolerancias, como resultado de problemas con el sistema immune.
Trastornos sin gravedad pero que van mermando la calidad de vida, y de los que la gente no se preocupa hasta que son problemas de vida o muerte, como la diabetes y la hipertension.
Problemas secundarios
El estreñimiento es uno de los más comunes, del que se pueden derivar hemorroides o fisuras anales, que a la vez pueden terminar en anemia por pérdidas de sangre. En general, hay todo un subgrupo de trastornos ligados a una mala alimentación, tal como la mala hidratación, que da problemas de piel y cabello.
Razones de la mala nutrición
Son muchos los factores que influyen en la mala nutrición. Aparte del estilo de vida, la tecnología de alimentos ha contribuido a incluir en alimentos procesados ingredientes que facilitan la alergia y el consumo preferencial de determinados ingredientes, a la vez contribuye a una dieta "desbalanceada" que no necesariamente nos provee con todos los nutrientes que necesitamos.
Para los expertos se trata de una especie de paradoja: la mejora del nivel de vida no ha hecho sino empeorar la calidad o el equilibrio en la alimentación y poner en grave peligro la dieta mediterránea.
No están claras las razones del aumento ni tampoco la solución, pero existe consenso sobre cuál debe ser la principal vía de combate: la educación es la base para modificar unos hábitos más difíciles de cambiar conforme avanza la edad.
lunes, 24 de agosto de 2009
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