La fiebre escarlata es una enfermedad bacteriana infecciosa que afecta comúnmente a niños y es causada por el virus estreptocócico del grupo A. Antes esta enfermedad era considerada una enfermedad a menudo fatal, ahora se controla y se trata fácilmente. Los niños con fiebre escarlata a menudo presentan una alta fiebre y una erupción distintiva.
También se asocia a una garganta dolorida, a un cuerpo dolorido y a una lengüa roja hinchada color “fresa” que puedan seguir hinchada por días después de la infección inicial. Debe ser observado que la fiebre escarlata no es igual que la fiebre reumática, aunque en algunos niños la fiebre escarlata pueda progresar en fiebre reumática que es una complicación seria que pueda dar lugar a consecuencias de largo plazo.
Diagnóstico de fiebre escarlata
Es importante llamar a su médico si su niño presenta una erupción acompañada con una fiebre, especialmente si esta es acompañada por una garganta dolorida, las glándulas hinchadas o si alguien que su niño ha estado en contacto con ha tenido una infección de la garganta de estreptococos.
Su doctor primero examinará la erupción de su niño para determinar si la erupción es más probable ser otra enfermedad de la niñez tal como sarampión, roseola o fiebre glandular. Si la fiebre escarlata entonces se sospecha, una esponja de la garganta podrá determinar la presencia de bacterias estreptococo que confirman así la diagnosis.
Síntomas de la fiebre escarlata
La distinción del síntoma de la fiebre escarlata es la erupción característica que es roja y tiene una apariencia áspera como arena, a menudo asemejándose a una quemadura, que entonces llega picar. La erupción aparece generalmente entre 12 y 24 horas después de que la fiebre comienza, y comienza lo más comúnmente por el pecho, debajo de las axilas, detrás de los oídos y por la cara, dejando un área inafectada clara alrededor de la boca. Esto a menudo da a niños un aspecto de “mejilla abofeteada” con las mejillas rojo brillante. Después de cerca de cuatro días la erupción se descolora y comienza a pelarse.
Otros síntomas incluyen:
* Fiebre alta fiebre (generalmente entre 101-104 grados F)
* Garganta dolorida o amígdalas infectadas
* Fatiga
* Dolor de cabeza
* Náusea o vomitos
* Lengüa (que puede estar hinchada) con puntos rojos
* Pérdida de apetito
¿Qué causa fiebre escarlata?
La fiebre escarlata es causada por las bacterias estreptocócicas del grupo A que son las mismas bacterias responsables de un número de otras infecciones de la garganta y de la piel incluyendo garganta de strep, impetigo, y tonsilitis. Siendo altamente contagiosas, las bacterias estreptocócicas se propagan a través del contacto con una persona infectada o por la inhalación de las bacterias.
Ayuda para la fiebre escarlata
La fiebre escarlata es una enfermedad potencialmente seria así que es importante buscar atención médica en el momento que sus síntomas se demuestren en el niño. El tratamiento rápido prevendrá complicaciones serias tales como fiebre reumática, enfermedad de riñón, meningitis, y pulmonía.
La fiebre escarlata se trata generalmente con un curso oral de penicilina u otro antibiótico tal como eritromicina. Es esencial que su niño termine el tratamiento antibiótico dado incluso si comienza a sentirse mejor. Muchos padres utilizan medicaciones para reducir la fiebre o para aliviar el dolor.
Sin embargo, contrario a la creencia popular, éstas vienen también con efectos secundarios y debe ser administrado con precaución, por lo que debe considerar alternativas como remedios naturales para aliviar la fiebre y/o el dolor. Descanso en cama y una dieta nutritiva acompañada por porciones de líquidos ayudarán a apresurar la recuperación.
Remedios naturales
La fiebre escarlata es una dolencia potencialmente seria y por lo tanto no se considera para tratamiento casero. Si el tratamiento médico alopático está elegido o si trata a su niño por medio de medicina natural, el tratamiento se debe supervisar y realizar siempre por un profesional entrenado de cuidado médico.
Al igual que el caso con cualquier enfermedad, es esencial realzar el sistema inmune para apoyar los esfuerzos del cuerpo para acabar con la infección. Un número de remedios herbarios y homeopáticos pueden proporcionar gran ventaja si son utilizados junto a la medicación alopática para consolidar la inmunorespuesta natural del cuerpo.
Los ingredientes herbarios incluyendo Echinacea purpurea, Astragalus membranaceous, Inula helenium y Withania somnifera son bien conocidos por sus características antivirales, antihongos y antibacterianas así como su capacidad de consolidar y de asistir al sistema inmune para promover una recuperación más rápida. Es también importante consolidar el sistema inmune después de que haya tomado un curso muy largo de antibióticos.
Otras hierbas tales como Meadowsweet y milenrama son eficaces en reducir y controlar la fiebre, un síntoma prominente en la fiebre escarlata. ¡Con una poca de ayuda de la naturaleza, su niño brincará por los alrededores como de costumbre muy pronto!
lunes, 8 de marzo de 2010
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