1. Limite el consumo de grasas y colesterol.
Para reducir el riesgo de enfermedades del corazón, es importante limitar el consumo de grasas saturadas y trans. En su lugar, prefiera grasas no saturadas como el aceite de oliva, canola, cártamo y maíz. Considere remedios naturales hechos a base de hierbas conocidas por su capacidad de bajar el colesterol.
2. Seleccione fuentes de proteínas bajas en grasas.
Las mejores fuentes de proteína son las carnes magras, aves, pescados, productos lácteos bajos en grasa, claras de huevo y los sustitutos de huevo.
3. Consuma más frutas y vegetales.
Son una buena fuente de vitaminas y minerales, bajos en calorías y ricos en fibra dietaria. Un patrón de alimentación alto en fibra puede ayudarle a disminuir el colesterol y a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Son tambien una excelente fuente de antioxidantes.
4. Seleccione cereales de grano Íntegro.
Son buena fuente de fibra, vitaminas y minerales.
5. Reduzca el consumo de sal.
Limitar el consumo de sal puede ayudar a algunas personas a controlar la presión sanguínea y a reducir el riesgo de una enfermedad del corazón. La Asociación Americana del Corazón recomienda el consumo de menos de 2,300 miligramos de sodio al día -alrededor de una cucharadita- para adultos saludables.
6. Moderación es la clave.
No sólo basta con saber qué alimentos consumir, sino que también se debe controlar la cantidad que se ingieren de ellos.
7. Planifique sus comidas.
Utilice las recomendaciones anteriores para planificar sus comidas. Recuerde que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares llevando una alimentación saludable, controlando su peso y realizando actividad física.
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