lunes, 16 de agosto de 2010

Consejos para lograr mejorar sus hábitos alimenticios y poder rebajar

Al decir "come lento" no implica que tenga que descuartizar una rodaja de tomate ni mucho menos. Pero aprender a masticar mucho más los alimentos contribuye a mantenerse sano y en forma.

Todos escuchamos alguna vez el viejo consejo de que comer lento nos ayuda a perder peso. Pero ahora, ese fragmento de sabiduría popular es confirmado. Un nuevo estudio publicado por el Diario de Endocrinología Clínica y Metabolismo señala que unos conejillos de indias muy afortunados que ingirieron un pote de helado en 30 minutos obtuvieron mayores niveles de hormonas intestinales. Los estudios señalan que la función de dichas hormonas es la de provocar la tan deseada sensación de saciedad que buscamos cuando el hambre nos ataca. Por otra parte, aquellos que se "atragantaron" (literalmente) con la misma cantidad de helado pero en el breve lapso de 5 minutos se descubrieron con más ganas de comer.

Se trata del primer estudio acerca de la actividad de las hormonas del intestino. The New York Times también resaltó el valor de estas investigaciones y destacó que los científicos descubrieron que si al mismo grupo de personas se les sirve la misma cantidad de helado en diferentes oportunidades, y se les insta a comer en diferentes velocidades, las personas tienden a sentirse más satisfechas cuando la prueba dura un lapso de 30 minutos que en la versión de 5.

Los científicos tomaron muestras de sangre para medir la insulina y las hormonas intestinales antes, durante y después de la ingesta. Y descubrieron que las hormonas que transmiten la sensación de saciedad y de satisfacción se manifestaban como respuestas ante las condiciones de ingesta lenta.

Entonces ahora que sabemos cómo funciona y entendemos por qué es efectivo el viejo método de masticar despacio como hace una gran variedad de animales, les invitamos a prácticar este hábito a partir de unos sencillos trucos.

1. Coma dándole significado a la comida - Siéntase en una mesa y abandone por un rato el sillón. Si puede, evite mirar la TV o comer en el auto. Preste atención a cuánto tiempo te lleva terminar una comida.

2 Dele descanso al tenedor entre cada bocado mientras saborea su comida - Disfrute de la conversación durante las comidas.

3. Ponga en práctica el hábito de que las comidas sean un momento de tranquilidad. Acomode sus comidas para que sean tiempo de relajación y disfrute de los alimentos.

4. Detengase cuando casi termine - Tome un poco de agua y preguntese: ¿Estoy lleno?

5. Dedíque un poco de tiempo a la variedad de sabores y texturas que pueda conseguir en su cocina, por más modesta que sea.

6. Considere remedios naturales para rebajar.

Cambiar los hábitos alimenticios y aprender a reducir la aceleración nos va a tomar un tiempo de práctica y de arduo trabajo. Pero vale la pena reconsiderar el tiempo de comer, así como nutrir el propio cuerpo.

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